Francia 2016, la Eurocopa más africana
Un total de 41 jugadores de origen africano enrolados en una decena de selecciones nacionales convierten la actual edición de la Eurocopa de Francia en el torneo con mayor sabor a África.Casi la mitad de los combinados europeos, sin distinción entre el alejado y frío norte y el cálido y cercano Mediterráneo, alistan a algún jugador con raíces en el norte de África o el África subsahariana, la mayoría de ellos hijos de emigrantes pero también consecuencia del viejo y dañino colonialismo.
A la cabeza de estos once equipos con acento del mal llamado "continente negro" se sitúa la propia anfitriona, Francia, que entre sus 23 internacionales incluye a diez jugadores con antepasados nacidos y criados en África, casi todos ellos procedentes del sur del Sahara.
Seis son titulares casi indiscutibles para el técnico, Didier Dechamps: Patrice Evra (Senegal), Blaise Matuidi (Angola), N'Golo Kanté (Mali), Paul Pogba (Guinea), Adil Rami (Marruecos), y Bacary Sagna (Senegal).
Y el resto hacen que el banquillo de los "blues" sea uno de los más codiciados de Europa con estrellas o proyectos de estrella como Moussa Sissoko (Mali), Steve Mandanda (RD Congo), Eliaquim Mangala (RD Congo) y Samuel Umtiti (Camerún), por el que parece suspirar el FC Barcelona.
A la zaga le va Bélgica, otro país con un largo y cruento pasado colonial en África.
Ocho jugadores de ascendencia africana y pasaporte belga se alinean entre los 23 diablos rojos, la mayoría procedentes del Congo, un territorio que en el siglo XIX era propiedad privada del rey Leopoldo.
Michy Batshuayi, Christian Benteke, Christian Kabasele, Jordan Lukaku y Romelu Lukaku proceden de la antigua finca de explotación de la corona belga, a los que hay que sumar a Divock Origi (Kenia), Moussa Dembele (Mali) y Marouane Fellaini (Marruecos), único procedente del norte de África.
En tercera posición, otra antigua potencia colonial: Portugal, que tiene en sus filas a seis jugadores de origen africano, todos ellos de la costa occidental que los reyes de Portugal explotaron en la Edad Media.
Además de su segundo delantero estrella, Nani (Cabo Verde), en el combinado luso forman William Carvalho (Angola), Danilo, Eder y Eliseu (Guinée Bissau) y Renato Sanches (Cabo Verde).
Uno menos se contabiliza en Suiza, que tiene el número más variado de nacionalidades.
En la escuadra helvética destacan el delantero emergente Breel Embolo (Camerún), su colega de origen François Moubandje, Johan Djourou (Costa de Marfil), Gelson Fernandes (Cabo Verde) y Denis Zakaria (RD Congo y Sudán)
En Alemania, Jérôme Boateng (Ghana) y Sami Khedira (Túnez) son fijos en el once inicial, mientras que en el banquillo de Joachim Low esperan una oportunidad hombres como Leroy Sané (Senegal) y Jonathan Gbao Tah (Costa de Marfil).
Inglaterra fía la magia de su centro del campo a un nigeriano, Dele Alli, que se ha convertido en uno de los jugadores más destacados del inconstante equipo inglés en la primera fase, mientras que en el banquillo espera el egipcio Ryan Bertrand, en una situación similar a la que vive Italia.
Los "azzurri" tienen a Stephan El Shaarawy (Egipto) y Angelo Ogbonna (Nigeria) en el banquillo mientras que Austria con David Alaba (Nigeria), Gales con Hal Robson Kanu (Nigeria), la República Checa con Theodor Gebre Selassie (Etiopía) y Suecia con Martin Olsson (Kenia) cierran la larga lista de selecciones europeas con ascendencia africana.
Un recuento por países de origen deja otro dato curioso: Congo, con ocho jugadores enraizados en esta tierra presentes en la Eurocopa casi podría formar un potente equipo titular.
Senegal podría presumir de una línea de lujo con Evra, Sagna y Sane, mientras que Egipto luciría en ataque con El Shaarawy y en defensa con Ryan Bertrand.
Nigeria incrementaría su tradicional poder con un quinteto de lujo: Alaba, Kanu, Olsson, Ogbonna y Alli, Camerún sería más peligroso con Ummiti y Embolo y Marruecos ganaría entidad con Ramí y Fellaini.
