En el partido de la fase de grupos entre Francia y Suiza, cinco camisetas del conjunto helvético terminaron hachas jirones.
Granit Xhaka lució torso hasta en dos ocasiones con una sonrisa estupefacta, mientras que sus compañeros Mehmedi, Dzemaili y Embolo también tuvieron que reemplazar sus camisetas con desgarros o agujeros. La estrella suiza, Xherdan Shaqiri, confió en que "Puma no haga condones" mientras que el fabricante alemán de equipamiento deportivo argumentó que las camisetas provenían de un lote de tejidos cuyos hilos se deterioraron en el proceso de producción.
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