5.- El Velodrome de Marsella, una caldera
Que una de las semifinales se disputase en Marsella y que aquí viniese Francia puede ser una casualidad. O no. La afición marsellesa es una de las "calientes" y estaba convencida de que su concurso era vital para derrotar a Alemania.
En el Velodrome se creó un ambiente único, de respeto al fútbol y al rival, pero muy apasionado. Deschamps, que dirigió al Olympique de Marsella, lo sabía y por eso quiso que su equipo saliese presionando arriba al rival para crear pronto ocasiones. Quería prolongar el momento de excitación de las gradas tras la "Marsellesa".
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