
De ahí hasta el 2008, fecha en la que España e Italia se veían las caras en los cuartos de final de la Eurocopa de Austria y Suiza. La situación recordaba mucho al Mundial de 1994 pero el resultado fue distinto y comenzó la etapa de oro en la historia del fútbol español.
Con empate a cero durante los 90 minutos reglamentarios y la prórroga, los penaltis decidirían qué selección se mediría a Rusia en semifinales. Casillas detuvo los lanzamientos de Di Natale y De Rossi para darle a Fábregas la oportunidad de hacer historia. Cesc engañó a Buffon para cambiar para siempre la historia de nuestro fútbol.
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